Cada aficionado a la música Soul tendrá en su mente un
sonido específico que identifique con este género.
Habrá quien al hablar de Soul piense en The Supremes, y
habrá quien piense en Otis Redding o Aretha Franklin. Sin embargo, a poco que
escuchemos un tema de cada artista, nos daremos cuenta de las enormes
diferencias entre ellos.
Mientras que las primeras triunfaron en todo el mundo por la
dulzura de sus voces y sus melodías pegadizas, los segundos lo hicieron por los
ritmos encendidos y los potentes lamentos de sus gargantas. No se trata de un ejemplo aislado del enorme contraste entre
estilos de Soul que convivieron durante la década de los 60; nada tienen que
ver Smokey Robinson con James Carr, o The Shirelles con Carla Thomas.
Para encontrar los motivos de estas diferencias debemos
mirar el mapa de las compañías discográficas. En Detroit encontramos al sello
Motown, caracterizado por un Pop-Soul de trajes brillantes que conquistó el mundo entero. En Nueva
York tenemos a Atlantic Records, expertos cazatalentos, con
un sonido ecléctico pero muy en conexión con el Soul sureño gracias a su
relación con los estudios Stax Records en Memphis y FAME en Muscle Shoals (Alabama). Por último, en el sur tenemos un puñado de pequeños sellos como Golwax, responsables
del sonido desgarrador más conectado con el Rhythm and Blues.
No quiero pasar por alto los llamados Soul de Chicago y Sonido Philadelphia, que también consiguieron una identidad propia y gran relevancia comercial con artistas como Curtis Mayfield y Barry White, respectivamente, aunque no abundaré en ellos en esta entrada.
Cada uno de los más importantes sellos de Soul durante la
década de los 60 apostaron por un estilo muy característico, y todos acertaron.
En 1959 nació Motown. Con un préstamo de 800 dólares y los
derechos ganados por el tema Lonely Teardrops, que Berry Gordy Jr. había escrito
para Jackie Wilson. Berry Gordy Jr. aprovechó su experiencia en las cadenas de
montaje de automóviles de Detroit para hacer de su compañía una máquina
perfecta de fabricar éxitos. Los compositores, letristas, músicos y cantantes
trabajaban por separado con la vista puesta en el resultado final. Se creaban
canciones sabiendo de antemano la voz que las iba a interpretar; y se huía de
letras reivindicativas, centrándose en canciones románticas para adolescentes.
Esta manera de funcionar resultó realmente exitosa y produjo algunas de las
figuras y canciones más importantes de la década, llegando a meter 79
singles en el Top 10 de la lista Billboard Top 100, que recogía los mayores
éxitos de cualquier estilo musical a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Además, fue la primera
compañía discográfica de éxito propiedad de una persona de raza negra, lo que
jugó un importante papel en el proceso de integración racial que bullía en
aquel momento por todo el país.
En 1961, Shop Around, del grupo The Miracles, formado años
antes por Smokey Robinson, (quien sería pieza fundamental en Motown en las
facetas de artista y compositor) fue el primer número 1 en la lista de Rhythm
and Blues para Motown. A finales de ese mismo año, Please Mr. Postman, de The
Marvelettes, se convertiría en el primer número 1 en la lista Pop para una compañía que se convertiría en dominadora del panorama musical.
Atlantic Records fue creada en 1947 por Ahmet Ertegün y Herb
Abramson como sello especializado en Jazz y Rhythm and Blues.
Tras unos inicios modestos, en 1949 consiguieron fichar a la
gran Ruth Brown, lo que supuso un importante impulso para la compañía gracias a
grabaciones como Teardrops from my eyes, que resultó ser el primer disco de
Atlantic en vender un millón de copias.
1953 fue el punto de inflexión para Atlantic. Ese año ficharían
al periodista musical Jerry Wexler, que resultó ser un magnífico productor el verdadero impulsor de la música Soul dentro de la compañía.
Con el espíritu innovador que les llevó a ser pioneros en el uso del sonido estéreo, del grabador de ocho pistas y los discos de larga duración, fueron los primeros en usar violines como acompañamiento en
una canción de Rhythm and Blues. Fue en 1958 con el tema There Goes my baby de The Drifters. Aunque en un principio los directivos de la compañía fueron
contrarios a su lanzamiento, cuando finalmente salió a la venta, en 1959,
alcanzó el número 1 de las listas Pop y se convirtió en uno de los temas más
importantes de la historia de Atlantic Records.
En 1960 llegó un momento crucial para la historia de
Atlantic Records, al asociarse con una pequeña discográfica de Memphis llamada
Satellite, que más tarde pasaría a llamarse Stax. Allí disponían de un grupo de
músicos de gran calidad y claro sabor sureño: Booker T. & The M.G.´s, que
fueron piezas fundamentales para el éxito de intérpretes como Wilson Pickett o Sam
and Dave.
Más tarde, siguiendo con la fórmula mágica de utilizar una
banda de estudio con estilo sureño, se asociaron con FAME Studios, en Muscle
Shoals, Alabama. En 1967 llevaron allí a una prometedora Aretha Franklin que acababa
de firmar con Atlantic tras no conseguir el éxito esperado con Columbia
Records. Allí grabó temas como Respect, Think o Chain of fools, que la
inmortalizaron como la Reina del Soul.
En el sur de los Estados Unidos, lejos del poder económico
de las grandes urbes, pequeñas compañías surgían en ciudades como Memphis para dar salida a
los músicos locales. Sin capacidad para la distribución nacional a gran escala,
centraban su objetivo en los jóvenes de raza negra de esa parte del país, y su
música se mantenía más cercana al Jazz, el Blues, el Gospel y el Country que
pocos años antes habían dado origen al Rhythm and Blues. Además de Stax y FAME,
mencionadas anteriormente, Goldwax y Hi Records fueron otros sellos
importantes.
El fenómeno Soul recorría ya todo el país y las influencias
corrían libremente entre los artistas, que tomaban referencias de los grandes
talentos que sonaban en todas las radios. Aun así, su música mantenía
la fuerza, el lamento y el sudor de la música sureña. Artistas como Otis
Readding o Carla Thomas (Stax Records), James Carr (Golwax Records), Al Green
(Hi Records) constituyen ejemplos de la
calidad del Soul sureño y de su inequívoco sello de identidad.
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